Varios medios de comunicación han informado recientemente de que unidades del ejército saharaui en Tifariti, las zonas liberadas del Sáhara Occidental, destruyeron 4.875 kg de drogas marroquíes las cuales fueron interceptadas en el muro marroquí de la vergüenza en el Sáhara Occidental. La campaña internacional contra el muro de la ocupación marroquí en el Sáhara Occidental denuncia una vez más la implicación del ejército marroquí estacionado en el muro en el narcotráfico y el apoyo directo a los narcotraficantes para cruzar el muro marroquí hacia las zonas liberadas del Sáhara Occidental y los países vecinos.
Esta no es la primera vez que unidades del ejército saharaui interceptan una cantidad considerable de drogas marroquíes que atraviesan el muro. El hecho de que los narcotraficantes puedan cruzar fácilmente el muro es una prueba tangible de la complicidad y la ayuda que presta el ejército marroquí a estas bandas criminales, especialmente en un momento en el que todas las estimaciones indican que el muro de la ocupación marroquí en el Sáhara Occidental es el campo minado continuo más grande en el mundo.
Cabe destacar que el Informe Mundial sobre las Drogas de 2016, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, muestra claramente que los informes de los Estados Miembros sobre los países de origen de la resina de cannabis durante el período 2009-2014 sugieren que Marruecos sigue siendo el mayor productor mundial de resina de cannabis. El informe señala también que, como en años anteriores, el destino de la resina de cannabis procedente de Marruecos fue principalmente Europa y otros países del norte de África.
La Campaña Internacional contra el muro de la ocupación marroquí en el Sáhara Occidental ha llamado reiteradamente la atención de la opinión pública internacional sobre la implicación directa del ejército marroquí estacionado en el muro en el contrabando de mercancías prohibidas, el narcotráfico y la migración ilegal hacia y desde los territorios ocupados del Sáhara Occidental. Estas actividades delictivas requieren una respuesta decisiva por parte de la comunidad internacional porque representan una amenaza creciente para la seguridad regional e internacional.