Desde que fue construido a principios de los años ochenta, el muro de la ocupación marroquí, que está infestado de más de 7 millones de minas, sigue siendo un gran peligro para la población civil saharaui en ambos lados del muro, a pesar de la vigencia del alto el fuego supervisado por la ONU en el Sáhara Occidental, que entró en vigor el 6 de septiembre 1991. Además de sus consecuencias políticas, legales, económicas, sociales, culturales, humanitarias y medioambientales, el muro (conocido como el muro de la vergüenza) también representa un crimen persistente contra los derechos humanos del pueblo saharaui y un enorme obstáculo para el ejercicio de su derecho inalienable a la autodeterminación y la independencia.

Es por esta razón que las autoridades saharauis no han escatimado esfuerzos para denunciar el muro marroquí ante la opinión pública internacional y para llamar la atención sobre este gigantesco dispositivo militar que sigue desempeñando un papel decisivo en la ocupación marroquí del Sáhara Occidental. Además, durante los últimos años, diversas organizaciones saharauis de la sociedad civil así como muchos de los componentes del movimiento solidario han emprendido un gran número de campañas políticas, humanitarias, culturales y artísticas con el fin de condenar el muro y sensibilizar a la opinión pública sobre sus diversos impactos negativos.

En este contexto, la 38 ª Conferencia de la Coordinadora Europea de Apoyo al Pueblo Saharaui (EUCOCO), celebrada en Roma, Italia, del 15 al 16 de noviembre de 2013, adoptó una decisión sobre el lanzamiento de la campaña internacional contra el muro marroquí en el Sáhara Occidental. La campaña se denomina “campaña internacional contra el muro de la ocupación marroquí en el Sáhara Occidental: juntos para derribar el muro”, y se centra en tres ejes principales: el muro, las minas y las víctimas de minas.

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