VIII Jornadas de las Universidades Públicas Madrileñas sobre el Sáhara Occidental (4 y 5 de abril de 2014)
– Sidi Mohamed Omar, Embajador Consejero del Ministerio de Asuntos Exteriores de la RASD.
– María López Belloso, investigadora de HEGOA.
– Hamad Hamad, saharaui de los territorios ocupados.
– Modera: D. Manuel Sierra, Dirección de Cooperación para el Desarrollo de la Universidad Politécnica de Madrid.
María López Belloso, investigadora de la Universidad de Deusto, se ha detenido en la ubicación geográfica del muro de la vergüenza, un muro de más de 2.700 km. Ha destacado la múltiple función del muro: obstáculo físico y medio de violación de los derechos humanos, principalmente con las detenciones. Es un muro del que no se habla, sobre el que Marruecos transmite noticias que no son verídicas a las familias de las víctimas de violaciones de derechos humanos que se producen en el muro o en uno de los lados del muro.
Uno de los argumentos de Marruecos para justificar la construcción del muro sería, ante todo, su finalidad defensiva, que desde 1991 carece de sentido, por la existencia de un “alto al fuego” y por la presencia de la misión de la MINURSO encargada del control del muro. Asimismo, otro argumento a favor del mantenimiento del muro sería el control del supuesto tráfico de drogas y de personas en el territorio: otra falacia. Hace varios años, de hecho, el Frente Polisario tuvo que recoger a algunos civiles subsaharianos, expulsados a través del muro, que deambulaban por el desierto en condiciones terribles. Les estuvo atendiendo y denunció el hecho ante el Secretario de Naciones Unidas. Sin embargo, hoy día, en un momento en que se pide a la MINURSO que se haga cargo del control del respeto de los derechos humanos, es cuando Marruecos presume de ayudante de Europa con respecto al control de los flujos migratorios, insistiendo en la importancia del control de la frontera de Ceuta y Melilla y del muro.
Finalmente, se ha destacado una de las principales consecuencias del muro: la separación familiar. Un 27% de los entrevistados para el informe de Oasis de la Memoria manifestó de forma espontánea la separación familiar como uno de los mayores factores de estrés y tensión. Y, a este respecto, María López Belloso se ha centrado en el programa de visitas de ACNUR. Desde 2004, 12.635 saharauis se han beneficiado de estas visitas, pero son limitadas por el número de personas de cada familia que puede participar, los días que dura (cinco) y la población que ha participado. Además, en ocasiones, las visitas en los TTOO se hacen bajo vigilancia.
Sidi Mohamed Omar insiste en que hablar del muro es “hablar de un símbolo emblemático persistente de la ocupación marroquí en el Sáhara Occidental”. Además el muro y su arsenal de destrucción que contiene representan un tema poco conocido.
Según Marruecos, la construcción del “muro de la vergüenza” constituye la decisión más importante tomada por Marruecos a lo largo de este conflicto. Marruecos empezó a construirlo en 1980 y dicho proceso de construcción se desarrollaría en seis fases. En una primera etapa, se erige un muro de 500 km, pero tras los continuos ataques del ejército saharaui, el rey de Marruecos se ve obligado a ampliarlo hasta llegar a los 2.720 km de la última fase. Los analistas consideran el muro marroquí como “el mayor obstáculo militar operativo en el interior del Sáhara”. El conjunto de arena y tierra de 2 o 3 metros de ancho, completamente militarizado (alambradas, parapetos…) y defendido por más de 560.000 soldados marroquíes. Cada 5 km, hay una base militar. Se estima que Marruecos gastaría más de 2.000.000 $ al día para mantener este muro.
A continuación, Sidi Omar ha incidido en el impacto político del muro: la separación de los TTOO de los territorios liberados, convirtiendo la parte ocupada en una zona cerrada con algunas brechas controladas por el ejército marroquí. El muro constituye un grave obstáculo para el ejercicio del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. En cuanto al impacto económico, las zonas sembradas de centenares de minas se han convertido en un territorio inhabitable, afectando las condiciones de vida de muchos saharauis que viven en el desierto. Asimismo, la construcción del muro encaja en el proyecto de saqueo de los recursos naturales saharauis. A la vez, cabe destacar el impacto social y psicológico del muro, puesto que implica, como anteriormente expuesto por María López, la separación de la mayoría de las familias saharauis e impone cierto grado de presión en las zonas ocupadas en las que se practican todas las clases de violencias psíquicas y psicológicas (sensación de aislamiento y desprotección). Con respecto al impacto sobre la seguridad, el muro representa una amenaza a la seguridad no solamente por la presencia de 7.000.000 de minas anti-persona (“el Sáhara sigue siendo uno de los territorios más minados del mundo”), sino también por la presencia de bombas de racimo. El embajador consejero del Sáhara en Etiopía se ha detenido también en el impacto ambiental: las alteraciones de la superficie de la tierra debido al bloqueo del flujo de treinta ríos hacia las zonas liberadas. Esto, junto con la deforestación (árboles utilizados como fusiles por las tropas marroquíes), conllevaría graves consecuencias tanto para la situación presente como para el futuro de los territorios liberados.
Finalmente, Sidi Omar vuelve a retomar el tema de los graves accidentes debidos a la presencia de las minas anti-persona sin explotar (y restos de la guerra) sembradas mayoritariamente en la parte liberada del territorio del Sáhara Occidental. Desde 2005 el Frente Polisario ha conseguido la desactivación de más de 110.000 minas. Todas las operaciones de desactivación de minas han tenido lugar en la zona liberada y fuera de la “franja de protección” definida en 1992. Marruecos nunca ha permitido operaciones de desactivación de minas en la parte oeste del muro y tampoco ha dejado que las organizaciones internacionales accedieran a dicha zona.
Al Sáhara Occidental se le considera un territorio sometido a un proceso de descolonización por parte de la ONU. Marruecos no tiene derecho a ejercer ningún tipo de soberanía y tampoco es una potencia administradora del territorio saharaui, sino que una potencia ocupante. Por lo tanto, Marruecos estaría obligado a cumplir con las leyes del Derecho Internacional (IV Convenio de Ginebra, 1907): la construcción del muro es totalmente ilegal puesto que supone la anexión de facto del territorio saharaui e impide el ejercicio del derecho a la autodeterminación de su pueblo.
Urge hacer todo lo posible para denunciar la presencia del muro marroquí en el Sáhara Occidental y poner fin a esta amenaza y violación continua de los derechos humanos. A este respecto, Sidi Omar introduce la Campaña internacional contra el muro marroquí en el Sáhara Occidental: juntos para derribar el muro, protagonista de muchos foros internacionales en colaboración con el movimiento solidario y orientada a garantizar la participación de los actores internacionales en el asunto, sensibilizar a la opinión pública y seguir denunciando la situación víctimas mediante testimonios vivos. La Campaña contará con una página web: www.removethewall.org. Asimismo, hay la posibilidad de acceder a más información y recibir aclaraciones acerca del tema escribiendo a info@removethewall.org. Las cuestiones humanitarias “no pueden esperar. Hay que encontrar ya una solución definitiva al conflicto”.
Hmad Hamad, activista saharaui de derechos humanos. Realizó una exposición de las violaciones de derechos humanos en los territorios ocupados. También se refirió al expolio de recursos naturales, incluida flora y fauna saharaui, que se está viendo esquilmada, además del saqueo de los fosfatos y la pesca.
Los saharauis sufren, según Hmad, del “egoísmo de los políticos españoles”, ya que España es la responsable de lo que está sucediendo con el pueblo saharaui. El activista recordó que hay decenas de presos saharauis en cárceles marroquíes, recordando también a los presos del Grupo de Gdeim Izik”, condenados a penas muy duras por un Tribunal militar marroquí, llegando a condenas de cadena perpetua. Hmad finalizó su intervención reclamando “Sólo pedimos que nos respeten como a los demás pueblos, somos seres humanos”, y se refirió a la explotación ilegal de la pesca saharaui como “barcos españoles faenando en un mar de lágrimas de todo un pueblo”.
A la pregunta a los ponentes sobre que se habían encontrado minas de 2011 en la zona alrededor de donde se encuentran las fosas comunes recientemente encontradas en el territorio, a pesar de la prohibición de la venta de este tipo de armamento y los tratados al respecto ratificados por España María López afirmó que “quien hace la ley hace la trampa”, y se esconde transacción bajo “una donación de material en desuso” o mediante ventas de material bélico por un precio simbólico de un euro.
Sidi Mohamed Omar explicó que de ese armamento “donado” a Marruecos, la mayor parte va al Sahara Occidental, para mantener el muro. Hay pruebas de que Marruecos ha violado el alto el fuego y sigue sembrando de minas el muro después del cese el fuego de 1991. Sidi Mohamed realizó la reflexión de que “la ONU no da derechos, la ONU reconoce derechos. El derecho a la autodeterminación está reconocido por la ONU, pero nos corresponde a los saharauis conseguirlo”.
Fuente: http://poemariosaharalibre.blogspot.com.es/2014/04/viii-jornadas-de-las-universidades.html